dimecres, 2 d’abril del 2008

nach Stalingrad. L'anecdota / La anecdota

L'any 1999 vaig anar per fi a Volgograd. El meu somni s'havia complert per fi. Posar el peu a la colina 102, tambe coneguda com a Mamaev Kurgan, a Volgograd. O el que es el mateix, a Stalingrad.
Alli em va passar una anecdota amb el personal de l'aeroport. L'he relatada en un foro de viatges. I, com que l'anecdota es meva, doncs ara la poso aqui, al meu Blog. Els miracles de la tecnologia moderna i el "cut-and-peist".

En 1999 visité por fin la ciudad de Volgograd. Mi sueño finalmente se habia hecho realidad. Poner pie en la colina 102, tambien conocida como Mamaev Kurgan, en Volgograd. O lo que es lo mismo, Stalingrad.
Alli viví una anecdota con el personal del aeropuerto. La he relatado en un foro de viajes . Y, dado que la anecdota es mia, la cuelgo ahora aqui en mi Blog. Son los milagros de la tecnologia moderna y el "cut-and-peist".

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Estoy en el viaje de vuelta a Moscu. En el aeropuerto de Volgograd. En el control despues de facturar y previo a la entrada a la sala para esperar el avion.
Paso por el arco metalico a la vez que me miran el pasaporte. En ese momento el arco se pone a pitar. No sabria decir si lo hicieron pitar adrede, me dio la sensacion en aquel momento, no lo puedo asegurar, pero lo que vino despues me hace pensar que es probable.

Total, que me da el alto el subordinado y me pide que le muestre lo que llevo en los bolsillos. Llevo algunos papeles, el pañuelo, y el billetero (sin monedas, siempre que cojo un avion evito llevar monedas encima al pasar por un arco, por si acaso).
El tio va, coge el billetero, lo abre y empieza a mirar. Yo le pego un toque y le digo que deje la cartera en paz. Pero el tio ya habia visto que llevaba unos 200 dolares.

Total que el tio me deja pasar a la sala, pero va a avisar a su superior. Entonces me viene éste ultimo y me dice muy amablemente que lo acompañe a su despacho. En ese momento ya veo de que va el rollo, y empiezo a rezar a todos los santos del credo ortodoxo.

El tio me dice que pa donde voy, pues a Moscu le digo yo; que pa cuanto tiempo, pues para unos dias. Me dice que entonces tendria que cambiar dinero para usar en Moscu, le digo que ya cambiare alli. Me dice que es mejor que se lo cambie a el, que en Moscu a dia de hoy el cambio esta mas desfavorable para mi. Evidentemente el cambio que me propuso era peor que el de Moscu, que yo me seguia al dedillo cada dia. Pero el tio en todo momento muy amable y con una educacion exquisita. Un profesional, si señor.

Pues nada, pienso que para qué romper este clima de afable cordialidad con discusiones inutiles, asi que le digo que muy bien, que le estoy muy agradecido por su ofrecimiento desinteresado. El tio me viene a decir que, puesto que llevo unos 200, estaria bien que cambiara 150. Aun no se como se me escapó la ironia, supongo que del puro alivio porque la cosa no habia derivado a peores, y le dije que si no queria que cambiara los 200. No, no es necesario, me dijo con una sonrisa que transmitia una condescendencia y un paternalismo que ciertamente me emocionó e hizo aparecer una lagrimita de reconocimiento en mis ojos agradecidos. O tal vez la lagrimita era por el miedo que habia pasado, la madre que los pario a los dos, a este y a su subordinado.

Total, que el tipo aquel se sacó una comisioncilla del cambio que me hizo, y a mi me sacó un poco de pasta pero al mismo tiempo me dejó un recuerdo indeleble del tipo de trato dispensado a un turista anonimo, aunque debo reconocer que es la "mordida" mas elegante que me han sacado por aquellas tierras.
Tengo mas, pero esas ya son otra historia.